Afirmaciones Positivas 1º
SOY
EL CREADOR DE MI DESTINO
ACEPTO
MI RESPONSABILIDAD
Y
ACTÚO EN CONSECUENCIA
|
A
continuación quiero mostraros una serie de afirmaciones que espero
te sirvan de inicio.
Quizás
alguna de las creencias te resulten confusas o difíciles de
aceptar.... Si te sirve de consuelo a mí me a llevado años
aceptarlas y sentirlas como mías. En el transcurso de los años he
desechado muchas; a veces, alguna que deseché ha vuelto a mí por
otro camino hasta que ha formado parte d mi realidad. Quizá cuando
la deseché no era mi momento de creer en ella. Ahora trato de
llevarlas a la práctica en mi vida cotidiana y en ello estoy.
Y
por experiencia propia, te digo que me resulta más fácil mi camino
cuando las pongo en práctica. A veces no las sigo tan fielmente y me
digo una frase de Machado: “ Se hace camino al andar. “
Somos
responsables y generadores de todo lo que ocurre en nuestra vida.
Hace
ya algún tiempo Rechard Bach, creador de la inolvidable novela “
Juan Salvador Gaviota “, escribía en otro de sus libros ( me estoy
refiriendo a “ Ilusiones “ ); “ Todos los acontecimiento de tu
vida, están ahí porque tú los has convocado, y de ti depende lo
que resuelvas hacer con ellos.”
Me
impresionó la frase y sé que la subrayé en el libro y la anoté
después para no olvidarla. Yo empezaba en aquel momento a vislumbrar
el acceso al poder personal. Necesité algo de tiempo para comprender la, no sólo en un significado intelectual, ya que sonaba
muy bonita. Sino en mi vida cotidiana.
Yo
soy responsable de todo lo que tengo y de todas las personas de las
que me he rodeado, y de mí depende para qué las quiero en mi vida.
Descubrí
que algunos acontecimientos y personas parecía que entraban y salían
de mi vida para hacerme sufrir, para hacerme sentir dolida,
frustrada, senergetizada, asustada y con ella me planteé la segunda
creencia práctica de mi vida.
Todo
en mi vida y en la de los demás tiene un para qué positivo.
Dicho
de otra manera, todo lo que me pasa me sirve para crecer, todo tiene
su lado positivo.
Esta
creencia también suena muy bien. Llevarla a la práctica no resulta
tan fácil pero una vez que la integras en tu vida, descubres que,
efectivamente todo puede ser positivo.
Si en algún momento, ofuscada por el sentimiento, no soy capaz de descubrirlo que tiene de positivo, he aprendido a tirar de otra creencia.
No
te dejes abrumar por pequeñeces, y en el fondo todo es una pequeñez.
No
hay acontecimiento ni persona por grande y poderoso que sea, que
pueda hacerme más daño del que yo quiera o este dispuesta a
consentirme.
Recuerda
que “ no ofende el que quiere, sino el que puede”. Y yo estoy
dispuesta a dejar poder a muy pocos.
Ya
que esto conecta con mi siguiente creencia.
Yo
soy mi mejor Yo, por el momento y, además, una especie en extinción.
Hace
tiempo, en un congreso de psicología humanista, Pancho Huneus, gran
profesional, dijo en su comunicación que cada persona hace lo único
y lo mejor que es capaz de hacer en ese momento concreto. Y creer que
lleva razón.
Cada
persona, en función de nuestras experiencias y de nuestras creencias
hacemos lo mejor en cada momento ya que de lo contrario, haríamos
otra cosa.
Esta
última frase parece que suena a perogrullo, pero si la meditas con
detenimiento descubrirás que es cierta desde el principio al fin.
Todos queremos lo mejor para nosotros mismos, luego si algo no nos
sale conforme quisiéramos es, pura y simplemente, porque es este
momento no tenemos más opción.
Esto
me lleva a tolerarme y a aceptarme. No a resignarme, porque sé que
mis resultados provienen de mis experiencias pasadas y esas no tengo
por qué seguirlas practicando si no me gustan ni me valen.
Puesto que
Cuando
somos pequeños, aprendemos de nosotros mismos y del mundo de acuerdo
a los parones que nos inculcan nuestros padres.
Esto
no me lleva a criticarlos ni a hacerles culpables de mis desgracias,
sino a comprender cómo fue y funcionó el proceso de mis creencias y
de mi aprendizaje.
Las
frases, actitudes, emociones que manifestaban sobre mí y sobre lo
que me rodeaba y el mundo en general las cogí como una referencia,
para ser alguien y saber de algo. Además, creyéndome las me
convertía en una niña “ buena y obediente “ y, de paso, ganaba
cariño.
Yo
era la actriz de una película donde ellos eran los guionistas,
productores, directores y hasta los espectadores.
Repetimos
el mismo esquema que aprendimos en la infancia como una manera de
seguir siendo nosotros mismos y de que nos quieran los demás.
Aunque
en la película mi papel no fuera muy afortunado, crecí pensando que
era el “ papel de mi vida “, el único que sería capaz de
representar.
Y
de mayores seguimos representando nuestro papel, aunque no nos guste
o nos sintamos incómodos o no vivamos con mejores oportunidades. No
podemos prescindir del aplauso y del cariño de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te agradecemos mucho que dejes tu comentario, que interactúes con nosotros.Tu opinión cuenta mucho