Meditación Sencilla Para Todos Los Días.
La Meditación es la forma más rápida de alcanzar un estado personal en el que el cuerpo consigue relajarse, teniendo la mente tranquila y viviendo las sensaciones del momento. Su intención es concentrar la mente, para aclararla y mantenerla alerta.
Es mucho más que una técnica de relajación, es conseguir volvernos más sensibles hacia nuestros propios sentimientos y ser conscientes de los detalles del mundo que nos rodea. Pues a medida que nos sentimos más sensibles hacia nuestros sentidos y percepciones, cada uno de los aspectos de nuestra existencia se beneficiarán.
Con la práctica de la meditación diaria, valen unos minutos diarios al principio ( yo aconsejo que se empiecen por 5 m. ), por medio de ejercicios sencillos y básicos, los resultados pueden ser profundos y de gran duración. Comenzando con una meditación por la mañana, el día puede ser completamente distinto.
En el día a día cotidiano, nos movemos a mucha velocidad, nuestra mente no para de crear pensamientos, tendríamos que darle un respiro, conseguir que frene un ratito, que se relaje, y eso lo conseguimos a través de su relajación.
Existen muchas técnicas y formas de meditar, puedes seleccionar cual es la que más te agrada y más se relaciona contigo y con el tiempo del que dispones, y poco a poco si te va "enganchando" ir perfeccionando su utilización.
Una manera muy simple, y que no necesita aprender nada, es la siguiente:
Meditación sencilla para comenzar el día
Nada más levantarnos, en posición de loto o medio loto ( es la posición en que siempre solemos ver a los Budas, sentados sobre nuestras piernas, con ellas cruzadas, con los pies encima de los muslos, la de medio loto es solo subiendo un pie ), si la consideramos complicada o dificultosa al principio podemos simplemente cruzarlas, barbilla inclinada hacia abajo, espalda recta y las manos abiertas sobre las piernas, con las palmas hacia arriba.
Concentrarnos en nuestra respiración; inhalando profundamente, contamos hasta 8, conteniendo la respiración, contamos hasta 8, exhalando despacio, contamos hasta 8 y volviendo a mantener la respiración; repetirlo unas 3 veces, e ir notando como nos vamos relajando.
A continuación vamos contado las respiraciones del 1 al 10 y volviendo al 1. Si en algún momento algún pensamiento nos distrae, volver a comenzar por el 1. Lo que tratamos es de intentar que nuestra mente no se fije en ningún pensamiento, que estos pasen a través de nosotros, y que seamos simples observadores. Cuando notemos que perdemos la concentración, volver a fijarnos en la respiración.
Una variación, que es también muy eficaz ( a mi es la que más me gusta ), es en vez de colocar las manos sobre las piernas, juntar las descansando una encima de la otra, uniendo los dedos pulgares en sus extremos, y colocando los encima del 2º chacra ( un poco por debajo del ombligo, como dos dedos ), procediendo a respirar en ese punto; es decir, imaginando que el aire entra y sale por él.
Es muy efectiva, y conseguiras una relajación bastante buena.
Autora: Julia Mª de las Viñas Martín Sánchez
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