Salir al campo y recolectar un buen puñado de espigas de trigo.
Utilizaremos un cordón de lino encerado, para hacer la forma de la corona.
Iremos uniendo ramilletes de espigas, con hilo de seda u otro material, a la cuerda de lino.
Al final ataremos los extremos y si lo deseamos podemos ponerles un lazo o algo que nos guste.
Se cuelgan en las puertas principales de la casa, como norma general.
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